domingo, noviembre 15, 2009

Sin fronteras.


A través de una ventana vi una escena que aunque ya común en mi nueva vida no deja de gustarme observarla. Aquí las ardillas son las dueñas de la ciudad, caminan por los múltiples árboles y cuando faltan estos utilizan unas autopistas estupendas, los cables de la luz, que en estos territorios urbanos aun son aéreos. Como en toda autopista hay accidentes y algunas de estas ardillas perecen electrocutadas, pero les debe de compensar a pesar de todo utilizar este medio para trasladarse por toda la ciudad.
Como decía a través de esa ventana vi esta escena, la citada ventana no pertenecía a cualquier edificio sino a la embajada española. Cada vez que voy por cualquier asunto burocrático nos dejan pasar de uno en uno, he de enseñar los objetos de mi bolso, pasar por un escáner, dejar mi documentación y ellos a cambio me facilitan un pase de visitante y me obsequian abriéndome la puerta.
Al ver a la ardilla pensé que ella no tenía que hacer ninguna de estas cosas, a través del cable de la luz entraba a sus anchas en territorio español, y me imaginé que en la embajada americana ocurriría lo mismo. Solo una vez he visto la embajada de U.S.A, desde fuera claro, es como una mini ciudad, ocupa más extensión que la ocupada por Casa Presidencial, da que pensar… pero esto a las ardillas les importa bien poco.