sábado, julio 25, 2009

La Dama


Mister Donuts es una cadena americana asentada en la ciudad, el menú integra dulces americanos y platillos típicos del país.
La clientela se va transformando según los días de la semana. Los domingos por la mañana son protagonistas grupos de familias, que llegan para degustar un sabroso desayuno típico de estas tierras. Las tardes en que se trabaja los dueños del lugar son grupos de ancianos que se reúnen allí a tomar un café.

Aquella tarde habíamos acudido allí para encontrarnos con Guillermo, tenía que darnos unos papeles que habían viajado mucho.

Mientras le esperábamos no pude evitar llevar mi mirada a una Dama misteriosa que se sentó frente a mi.

Su edad era avanzada, quizá unos 80 años, eso hacía más singular su aspecto. Vestía pantalones negros y unas deportivas negras con franjas blancas, llevaba una blusa roja con motivos asiáticos y de complemento una pulsera roja de plástico. El cabello blanco estaba todo enmarañado, el corte era peculiar, corto por delante y largo por detrás, pero muy descuidado, incluso sucio.

Su perfil de pómulos salientes y redondeados estaba enmarcado por unos coloretes y por la luz de la ventana.

Sus manos retorcidas por el tiempo cogían la taza de café con pulso tembloroso. Observaba el mundo a través de la ventana y yo le observaba a ella de forma descarada, con la tranquilidad que da el anonimato.

Al verla allí sola, comiendo su tortita con el café, me pregunté que tipo de mujer era aquella, porqué vestía de esa forma peculiar para su edad, que hacía allí, no parecía esperar nada, tan solo miraba pasar el tiempo.

Empecé a pensar que tras esa piel gastada había una gran historia, pero ya nadie tenía interés en escucharla, sola estaba ella con sus pensamientos, sus recuerdos quizás y sus tristezas.

Pensé que hay almas que no encajan en ningún lugar, esto se hace patente al principio y al final de la vida, cuando uno puede ser quien es a pesar de las consecuencias.

Después llega la edad de “merecer” y se hace un esfuerzo por incorporarse al mundo, por pertenecer a la vida de alguien, pero surgen problemas, sales de una relación tras otra, tienes hijos, te refugias en ellos al principio cuando te necesitan, pero no hablan tu mismo lenguaje, se van, y te encuentras tras una ventana, viendo pasar la tarde, viendo como cae la lluvia tropical, sin ganas de llegar a casa porque lo mismo da dónde estés, solo estas tú.

Dejamos que amainara la lluvia tropical mientras hablábamos de cualquier cosa, tuvimos que irnos claro, y ella seguía allí mirando tras la ventana, con los restos de su café, sus manos de cartón dañado y su bolsa de plástico negra a modo de bolso.
Su soledad me acompañó todo el trayecto a casa, y allí se quedó, hasta transformarse en este relato.

sábado, julio 18, 2009

La era de la comunicación

Aeropuerto de milan- Malpensa.Al llegar compruebo que comparado con el aeropuerto que acabo de dejar, este se presenta como un lugar nuevo, muy bien organizado.Los carritos de las maletas llevan el mismo sistema que los del supermercado, así se ahorran sueldos de recoge-carros.
Hay cintas trasportadoras que te hacen posible avanzar sin andar, aunque siempre hay alguien delante que te tapa el paso y hace que ese sistema en vez de ser rápido sea lento. Pero yo tranquila porque no tengo prisa.Pregunto para situarme, como en un apetitoso Mc Donals, y después decido intentar comunicarme con los seres queridos para tranquilizarles haciendo ver que a pesar de la tormenta el vuelo ha sido tranquilo.Aqui es dónde da un paso atrás este aeropuerto tan rumboso.Las cabinas se pueden utilizar con tarjeta de crédito, ¡¡¡ estupendo!! Jaa, tras probar varias veces, mis tarjetas parecen que no sirven. Conecto el portátil en un rinconcillo donde no hay asientos, así que me aposento en el suelo cómodamente y descubro que si, me deja conectarme a Internet pero a dos paginas de vuelos italianos, nada de enviar un mail o el msn.

Así que aquí me encuentro en la era de la comunicación , sin poder comunicarme.Curiosamente el aeropuerto de Barcelona con menos glamour tiene zona Wifi, el aeropuerto de México al menos tiene una sala de Internet, pagas y punto, aquí nada de nada.

Así que para entretenerme un rato escribo esta pequeña queja al aire, bueno algo muy bueno si tiene este aeropuerto en todos no puedes ver los Alpes de fondo.

Porque le llamaran Malpensa a este lugar???

Ruido, no se me ocurre otra palabra para describir esta ciudad, si preguntan a otros dirán, calor húmedo, olor a gasolina u otras muchas cosas que en este momento se me escapan.

Para mi es ruido, han de pasar los días para que empieces a discernir las distintas notas de esta amalgama de sonidos.
Hay un pájaro cantor cuyo nombre desconozco que tiene una melodía que a mi me parece peculiar, yo creo que es esta canción tan intrínseca a la vida de los lugareños que no son conscientes de que muchos de sus reclamos comerciales los anuncian plagiando la misma melodía del pajarillo misterioso.

Cuando el aguador anuncia su producto, cuando la señora canta sus tamales, elotes etc. todos utilizan esta misma melodía.

A los sonidos que hacen los distintos seres vivos que pasean por el aire, se suman pues los vendedores anunciando como he comentado antes, su mercancía.

Los coches circulan con frenesí, de un modo semi-caótico, acompañado de cortos bocinazos, que dan a entender - allá voy ¡¡ -

Si en algún lugar se puede pasear es en los centros comerciales, ahora bien conversar ya es imposible, las ofertas se anuncian a bombo y platillo por las muchas tiendas de centro.

Sobre las cuatro de la tarde muchas tienditas de comida salen a la calle, pupuserías, sobre todo, sumándose al cántico nacional.

Seguramente me quedan muchos más “ruidos” que descubrir, yo mientras tanto escucho.

lunes, julio 13, 2009

El Sueño


La casa de mis abuelos debe tener más de 100 años,allí nació mi Tío y jugaron y crecieron mi madre y él.

Esa casa ha sido núcleo de reuniones familiares desde que mis abuelos vivieran en ella. El primero mi bisabueloprovocaba que todos sus hijos se acercaran a esta casa para visitarlo.


Mis abuelos también reunían a la familia en comidas todos los fines de semana, antes no había centros comerciales.


Luego llegaron las nietas, y aquí empiezan mis vivencias con este lugar, son muchos los recuerdos que tengo de esas paredes.


Los sábados llegábamos a comer y la imagen que siempre veía era a mi abuelo sacando la compra que previamente había hecho mi abuela, yo le ayudaba a sacar brillo a las manzanas que ponían en el frutero.


Mi abuela hacia al menos dos viajes al mercado de Jerusalén , llegaba cansada y aun tenia que preparar la comida para todos.


Y que comida!!!, recuerdo tomar un aperitivo de Fuet en el escalón de la galería, que sabor¡¡ jamás he vuelto a probar algo tan rico.


Y los mil tesoros, mis abuelos eran grandes recolectores de cosas inútiles, como nunca sabes cuando puedes necesitar las cosas ,no se tiraba nada, lo cual para mi era una delicia.Abrir cajones y encontrar papeles viejos, cajitas dentro de otras cajitas, telas que le sobraban a mi abuela de sus costuras, cientos de botones...en fin todo un mundo de posibilidades en mi mente infantil.


La última vez que vi esa casa tenía 17 años y a partir de ahí comezaron los sueños.


Cada vez fueron cambiando a medida que mi vida iba cambiando.Al principio soñaba con estar allí de nuevo, entrar en sus habitaciones, saludar a mi abuelo, en los sueños la casa no era fiel a la realidad pero yo siempre sabía que era ese lugar.


Luego soñaba que la casa era mía y estaba reformada según mis gustos, ultimamente ya no podía llegar a esa casa sino que visitaba la casa del mirador, era la vecina de arriba de casa de mis abuelos, nunca la conocí.


Poco a poco era cada vez más difícil llegar a la casa.

Hace tres días en el avión que me llevaba a mi nuevo hogar tuve otro sueño, la casa era destruida por una de esas maquinas que tienen una gran bola de hierro. Yo lo veía desde el avión en el que viajaba.


La sensación de tristeza fue intensa.


Estos sueños siempre me han acompañado, nunca he sabido muy bien que era lo que esta casa representaba para mi , solo al tener este último encuentro he llegado a una conclusión, quizá sea esta casa el vínculo con las raíces, la familia, el origen, la infancia, no se un cumulo de cosas que te atan a un lugar.


Espero poder volver a la casa de mis abuelos de nuevo, poder encontrar el equilibrio entre mis raíces pasadas y las que pueda hacer ahora.